En los últimos años la industria cementera invirtió de media casi 2 millones de euros en las comunidades de las que forma parte, a través de proyectos estratégicos de impacto social.

El compromiso a largo plazo con las comunidades locales es otra de las señas de identidad del sector, especialmente con zonas rurales y con baja densidad de población, ya que el 70% de las fábricas se sitúan en localidades con menos de 12.000 habitantes.

Entre las iniciativas llevadas a cabo se incluyen, entre otras, la inclusión de colectivos en riesgo de exclusión, el otorgamiento de becas escolares y deportivas, la cooperación con distintas asociaciones ambientales y sociales, acciones de formación y sensibilización en centros educativos, patrocinios, donaciones, iniciativas de promoción de la diversidad, etc.